I.1- El Nivel Cultural
En casi todos los países, los
factores sociales y culturales tienen una influencia muy grande sobre lo que
come la gente, cómo preparan sus alimentos, sus prácticas alimentarias y los alimentos
que prefieren. Sin embargo, los hábitos y prácticas alimentarias son rara vez
la causa principal, o importante de la malnutrición. Por el contrario, muchas
prácticas son específicamente diseñadas para proteger y promover la salud; un
ejemplo es suministrar a las mujeres alimentos abundantes, densos en energía,
durante los primeros meses después del parto. Es verdad también, que algunas
prácticas alimentarias tradicionales y tabúes de ciertas sociedades pueden
contribuir a deficiencias nutricionales en grupos específicos de la población.
Los nutricionistas deben conocer los hábitos y prácticas de alimentación de las
comunidades donde trabajan, de manera que puedan ayudar a reforzar los
elementos positivos y luchar para cambiar los negativos.
La alimentación constituye una de
las múltiples actividades de la vida cotidiana de cualquier individuo y grupo
social y, por su especificidad, adquiere un lugar central en la caracterización
biológica, psicológica y cultural de la especie humana. El alimento ha de
contemplarse siempre como vehículo no solo de nutrientes, sino de placer y
cultura, y tan imprescindibles son unos como otros para la salud integral y
social del individuo.
La necesidad de recurrir a los
aspectos culturales para comprender la alimentación humana arranca de la prueba
de que los propios condicionamientos biológicos han podido concretarse de
diferente modo en diferentes sociedades, ejemplo: Los chinos, japoneses y
coreanos no pueden ver la leche, consideran que tomar leche es como beberse un
vaso de “babas” o también En muchas culturas, las larvas de insectos son
consideradas manjares exquisitos, No todo el mundo es capaz de disfrutar con un
buen plato de caracoles o ancas de rana.
La falta de acceso a la
educación, incluida la formación profesional, y a la información y la
tecnología, puede también impedir que las personas tengan una buena y correcta
alimentación.
Aunque no siempre ocurre así, el
nivel de instrucción condiciona el status profesional que ocupa un individuo en
la sociedad y el nivel económico.
En general se alimentan mejor los
individuos con un nivel cultural más alto pues tienen el conocimiento sobre que
alimentos son realmente nutritivos y beneficios para su salud.
La cultura actúa estableciendo
regularidad y especificidad. La conducta
alimentaria diaria de la mayoría de las personas resulta predecible dependiendo
de sus patrones culturales (recursos tecnológicos, organización social,
actividades, horarios, profesiones, relaciones familiares, responsabilidades…).
A sistemas culturales distintos corresponden sistemas alimentarios diferentes.
Es por eso que el desconocimiento
o el exceso de informaciones contradictorias sobre salud y dieta contribuyen a
comprar y preparar la comida a partir de los ingredientes inapropiados y que
carecen de propiedades nutricionales
I.2- Situación Económica y
Condiciones de Vida
Con frecuencia las personas que
viven en la pobreza no pueden ejercer plenamente el derecho a la alimentación
porque no pueden comprar alimentos adecuados ni tienen los medios para
cultivarlos ellos mismos
El nivel económico de una
población influye en cómo se alimenta. Las poblaciones ricas tienen gran
capacidad para proveerse de alimentos aunque no siempre están bien alimentados
(exceso de azúcares refinados, grasas y carnes), el nivel de vida inferior
conlleva dietas más monótonas y carentes a veces de nutrientes esenciales,
siendo incluso de baja calidad higiénico sanitarias y nutritivas.
Es por eso que si los alimentos
son demasiado caros o su ingreso demasiado bajo puede mermar la calidad y la
cantidad de los alimentos que comen, por ejemplo, se ven obligados a optar por
alimentos más baratos pero menos nutritivos o sanos. En esos casos no gozan del
derecho a la alimentación porque los alimentos que comen son inadecuados.
Vivir en una zona donde los
ingresos son bajos también puede presentar obstáculos logísticos para comer
bien, como la falta de un medio de transporte. El transporte público no siempre
es una solución viable, en particular para las personas con hijos pequeños o
dificultades para moverse de su lugar de origen.
El hábito de consumir alimentos
ricos en energía y pobres en nutrientes es consecuencia de la falta de medios
económicos para comprar alimentos más saludables. Además, el recargo en el
precio de los alimentos saludables parece ser aún mayor en las zonas donde los
ingresos son bajos. Por otra parte, la falta de instalaciones adecuadas para
cocinar en las casas refuerza la necesidad de consumir platos preparados o
comida para llevar, cuya densidad energética suele ser más elevada.
La accesibilidad económica
significa que los alimentos deben estar al alcance de las personas desde el
punto de vista económico. Las personas deben estar en condiciones de permitirse
la adquisición de alimentos para tener una dieta adecuada sin comprometer otras
necesidades básicas.
I.3- El Poder de los Medios de Comunicación
La publicidad mayormente son
sobre alimentos con elevado contendido en calorías, grasas, colesterol, azúcar
y sal así como golosinas tiene como objetivo estimular el deseo y la necesidad
de consumirlos ,es por eso que las personas representan una importante cuota de
mercado, y más aún los niños y jóvenes los cuales tiene tendencia a visualizar
la televisión donde la mayor parte de anuncios es sobre alimentos o comidas
poca nutritivas, haciendo que el público expectante modifique su alimentación
volviéndose poco saludable o “chatarra” que conlleva a múltiples enfermedades.
Crea estereotipos como consumir
un producto se convierte en necesidad.
La publicidad en los medios de
comunicación está llevando a un consumismo excesivo y a la ingesta de alimentos
muy calóricos y de escaso valor nutritivo.
Otros estudios han descubierto
una relación entre el tiempo de visionado de televisión y los malos hábitos
alimenticios: las personas tienden a elegir opciones alimenticias rápidas y
menos sanas cuando comen delante del televisor; también tienden a picar
mientras ven la televisión, independientemente de que tengan hambre o no. Este
fenómeno se conoce como "alimentación mecánica".
Sin embargo, este estudio es
único en cuanto que observa si ver la televisión con frecuencia tiene un
impacto duradero en los hábitos dietéticos
La publicidad saliéndose de su
principal función, que es la de buscar y persuadir al público para que tome la
decisión de comprar un producto específico, se ha convertido en creadora de
deformaciones sociales, éticas y hasta psicológicas. También es sin lugar a
dudas uno de los fenómenos más importantes y característicos de la sociedad de
consumo moderna, ya que ella acompaña al hombre en casi todos los aspectos de
su vida y lo induce a adoptar comportamientos no precisamente armónicos con sus
propios intereses sino más bien con los de aquel que anuncia comercialmente
algo.
Los medios de comunicación se han
vuelto un gran problema para todas las personas, ya que gracias a estos han
aumentado las ventas de productos con escaso valor nutricional, lo cual da como
resultado una mayor población con obesidad y sobrepeso, lo cual no es nada
agradable ya que no solo nos olvidamos de comer sano, sino también de comer
nuestros productos nacionales que nos pueden proporcionar todo lo necesario
para tener una vida sana.
I.4- La Industria Alimentaria:
El sector alimentario es la rama
de la industria encargada de transformar los productos procedentes del sector
agropecuario, es decir, de la agricultura y la ganadería. En tiempos pasados,
en que la industria alimentaria no dependía de las demandas del consumidor, los
agricultores cultivaban sus tierras y criaban ganado obteniendo buenos
rendimientos económicos por esa actividad, además de producir lo suficiente
para satisfacer las necesidades familiares propias.
En la actualidad, el consumo de
alimentos depende de lo que otros cultiven y procesen, lo que ha dado lugar al
desarrollo de una de las industrias más importantes del mundo: la industria
alimentaria. No obstante, la exigencia del consumidor obliga a competir a los
minoristas para ofrecer una amplia variedad de productos y precios más
atractivos, lo que se traduce en una demanda más específica de calidad y
cantidad hacia los fabricantes e industrias transformadoras, las cuales también
compiten a su vez, reclamando a los agricultores aquellas materias primas que
cumplan con los deseos del mercado. En algunos países, la industria del
procesado y conservación de alimentos supone hasta el 15% de todas las
industrias de manufacturación.
Desde sus inicios a principios
del siglo XIX, esta industria evolucionó hasta alcanzar una gran diversidad y
complejidad. Así, por ejemplo, la industria conservera se desarrolló a partir
de los descubrimientos que Pasteur realizó sobre los procesos de
esterilización, evolucionando hasta la actualidad con la aparición de nuevas
técnicas, como los cierres al vacío, la deshidratación y la congelación.
De los avanzados sistemas de
producción y técnicas de conservación, se beneficiaron especialmente aquellas
industrias que debían suministrar sus productos perecederos a gran distancia,
como son la industria láctea. Hoy en día, la leche y sus derivados pueden ser
entregados y almacenados en los grandes centros de consumo (ubicados en
poblaciones y centrales distribuidoras), sin tener que resolver el grave
problema que suponía la lejanía con el centro de producción.
La industria alimentaria tiende a
evolucionar hacia una mayor concentración y tecnificación. Se inclina de forma
creciente por productos más elaborados, con oferta orientada a las comidas
preparadas y precocinadas. Esta tendencia viene dada por la mayor calidad de
vida y creciente prosperidad de los habitantes de países desarrollados, los
cuales dedican menor cantidad de ingresos a la adquisición de alimentos crudos
o no elaborados. Aunque existe una gran cantidad de alimentos que pueden ser
consumidos crudos, como por ejemplo la fruta, la mayoría requiere un
procesamiento que le permita más seguridad y mayor tiempo de conservación,
además de apetecible al paladar. Para ello se utiliza la tecnología de los
alimentos, que suele estar supervisada dentro de las empresas por personal
científico y técnico.
I.5- Estilos de Vida
Los estilos de vida están
constituidos por una variedad de actitudes, hábitos y prácticas individuales
que pueden influir positiva o negativamente en el proceso salud - enfermedad.
Incluye todo tipo de presiones familiares, sociales, comerciales que
condicionan los conocimientos, actitudes, aficiones y hábitos, como seguridad,
recreación, ocio, trabajo, sueño, sexualidad, alimentación, higiene,
sedentarismo, el habitar en el área rural o urbana, entre otros.
El modelo de vida se compone de
comportamientos y hábitos que hacen referencia a las costumbres, a lo cotidiano
y las emociones. Los hábitos son los valores y estilos de vida que dependen de
las condiciones de existencia y concepciones del mundo. En la sociedad existen hábitos
de curación y prevención y también de consumo que, a su vez, están determinados
por la cultura, de allí que se trate entonces de transformar o reafirmar
valores, tradiciones o reforzar comportamientos y costumbres, para promover una
alimentación sana y un estilo de vida saludable.
El estilo de vida puede convertirse, por
tanto, en factor de riesgo o en factor protector para la salud. Como factor de
riesgo se asocia a mayor presencia de enfermedad; por ejemplo, el consumo de
alimentos inadecuados, tabaco, la falta de ejercicio, la adicción al alcohol y
otras sustancias. Existe también un factor genético, por cuanto todo individuo
hereda genes con información que determinan ciertas características que llevan
a permanecer saludables o a enfermar; sin embargo, los efectos de esos genes
son modificados por la interacción con los factores medioambientales en los
cuales la alimentación y el ejercicio son importantes.
La carga de la enfermedad refleja que la mayor
prevalencia de incapacidades y muertes se deriva de una mezcla de factores de
riesgo socio ambientales -como la inequidad, la pobreza o la miseria- con los
estilos de vida -como hábitos alimenticios, sedentarismo, relaciones familiares
e interpersonales, entre otros-. De allí que los estilos de vida jueguen papel
fundamental como determinante del estado de salud, nutrición y calidad de vida
de la población.
La preocupación por una
alimentación sana ha sido una constante en toda la historia de la humanidad.
Desde siempre la gente ha sabido que una buena alimentación es importante para
su vida ya que incide de forma directa en el mantenimiento y recuperación de la
salud.
CAPITULO II: Origen de los diferentes Alimentos y Alimentos
Transgénicos.
Los alimentos transgénicos son
los alimentos derivados de organismos modificados genéticamente. Los alimento
transgénicos se modifican genéticamente introduciendo modificaciones en su ADN
mediante la ingeniería genética, a diferencia de alimentos similares que han
sido modificados genéticamente, mediante la reproducción selectiva (cultivo de
plantas y animales) o de mutaciones genéticas. Los primeros alimentos
transgénicos salieron al mercado en la década de 1990. Por lo general, los
alimentos transgénicos son vegetales como la soja, el maíz el aceite de girasol
y el aceite de semilla de algodón, pero también se han desarrollado alimentos
transgénicos de origen animal. Como ejemplo de animales transgénicos, en 2006
se creó un cerdo transgénico para producir ácidos grasos omega 3 cambiando uno
de sus genes. Los investigadores también han desarrollado una raza transgénica
de cerdos que son capaces de absorber el fósforo de las plantas que comen más
eficiente y como consecuencia, el contenido de fósforo del estiércol se reduce
hasta en un 60%.
Los críticos se han opuesto a los
alimentos transgénicos por varias razones. Algunos de los motivos de este
rechazo a los alimentos transgénicos son cuestiones de seguridad,
preocupaciones ecológicas y las preocupaciones económicas planteadas por el
hecho de que estos organismos transgénicos están sujetos a la ley de propiedad
intelectual.
La ingeniería genética que da
lugar a la creación de alimentos transgénicos, comienza con la identificación y
aislamiento de un gen que expresa un rasgo deseable. El aislamiento del gen que
se quiere aplicar para crear el alimento transgénico se hace utilizando de
enzimas de restricción. Una vez aislado el gen, se selecciona una planta o
animal receptor, a partir del cual se quiere obtener el alimento transgénico.
El gen se inserta incorporándolo en su genoma a través de un género de
bacterias, como el Agrobacterium, a través de una pistola de genes
introduciendo partículas elementales cubiertas de ADN plásmido, electroporación
o mediante un virus. Una en el receptor, el gen recién incorporado se convierte
en parte del genoma del receptor y se regula de la misma manera que otros
genes.
Pasando por una definición
adecuada, los productos transgénicos son productos alimenticios que se obtienen
a partir de organismos genéticamente modificados (tanto plantas como animales.)
En este proceso, dichos organismos están sujetos a modificaciones que se logran
al hacer cambios específicos en el ADN por medio de la ingeniería genética.
Esto implica ya sea la inserción
o supresión de genes. La ingeniería genética ha sido uno de los principales
logros en el campo de la biología, y el uso de la misma para la producción de
alimentos es motivo de grandes dudas.
La historia de los alimentos
genéticamente modificados se remonta a mediados del siglo 19, cuando Gregory Mendel,
que era monje botánico, llevó a cabo un experimento en el que se cruzaron
algunas especies diferentes de guisantes para demostrar que ciertos rasgos de
una especie se heredan en este proceso. A pesar de que Mendel es considerado el
fundador de la ciencia de hoy en día la genética, sus esfuerzos no fueron
reconocidos sino hasta el siglo 20.
Después de que el avance de 1983
fue confirmado, llevó a los científicos unos diez años en lograr crear el
primer alimento genéticamente modificado para uso comercial. Este producto
transgénico fue un tomate creado por una compañía con sede en California y que
su nombre es Calegne. La nueva especie de tomate, que fue nombrado FlavrSavr
por la empresa, se puso a disposición comercialmente en 1994.
CAPITULO III:
Alimentos Apropiados para el Ser Humano y los Problemas Patológicos que Ocasiona su Déficit.
Por alimento adecuado se entiende
que la alimentación debe satisfacer las necesidades de dieta teniendo en cuenta
la edad de la persona, sus condiciones de vida, salud, ocupación, sexo, etc.
Por ejemplo, si la alimentación de los niños no contiene los nutrientes
necesarios para su desarrollo físico y mental no es adecuada.
La alimentación con gran densidad
de energía y escaso valor nutritivo, que puede contribuir a la obesidad y otras
enfermedades, podría ser otro ejemplo de alimentación inadecuada. Los alimentos
deben ser seguros para el consumo humano y estar libres de sustancias nocivas,
como los contaminantes de los procesos industriales o agrícolas, incluidos los
residuos de los plaguicidas, las hormonas o las drogas veterinarias.
La alimentación adecuada debe ser
además culturalmente aceptable. Por ejemplo, la ayuda que contiene alimentos
que desde el punto de vista religioso o cultural están prohibidos a quienes los
reciben o no se ajustan a sus hábitos de comida no sería culturalmente
aceptable.
Lo adecuado se refiere a la
cantidad, la calidad y su carácter apropiado, tomando en cuenta los aspectos
culturales y la fisiología de la persona (por ejemplo, sexo, edad y salud).
Los alimentos apropiados para el
ser humano son todos los que se encuentran en la pirámide nutricional, ya que
su déficit ocasiona enfermedades tales como la desnutrición que puede ser hasta
mortal según la edad cronológica en la que se encuentre la persona es por eso
que se recomienda alimentarse adecuada y saludablemente para el desarrollo
óptimo del organismo.
CAPITULO IV: Medidas de Autocuidado Para una Alimentación Saludable
La alimentación debe ser, por
sobre todas las cosas, balanceada. No hay que ingerir un solo grupo de comidas,
ni tampoco, exagerar en la ingesta de un tipo de alimento.
Por lo mismo existe la pirámide
de los alimentos. En la cual, el primer grupo, está compuesto por los cereales,
el arroz, etc. Este primer nivel, demuestra la prioridad que hay que darle a
estos alimentos. O sea, la primera. Luego vienen las verduras y las frutas.
Asimismo, las carnes de vacuno, ave y cerdo. Como último y esto es lo más
importante de la misma, las grasas y azúcares. En una buena alimentación, hay
que evitar la ingesta de ambas, al mínimo. Ya que las dos, tanto grasa, como
azúcar, pueden provocar gravísimas enfermedades al organismo. Como la diabetes
y los problemas cardíacos, por acumulación de colesterol en las arterias.
Los hábitos dentro de la
alimentación, deben ser generados desde que la persona es muy pequeña. En los
niños hay que trabajar la alimentación. Ya que cuando se es adulto, es muy
difícil lograra un cambio en las costumbres de alimentación, que tenga aquella
persona. Con el tema de los niños, es más que nada, ya que cuando se es
pequeño, se van creando las células adiposas. Con son las que van a ir
acumulando grasa durante nuestro trayecto por la vida. Y entre más grandes sean
cuando uno es pequeño, más probabilidad de ser obeso, tendrá uno de ser cuando
adulto. Por lo mismo, dentro de la alimentación de un niño, se debe incorporar
todo tipo de alimento, a excepción de las grasas y los azucares.
El autocuidado se refiere a las
prácticas cotidianas y a las decisiones sobre ellas, que realiza una persona,
familia o grupo para cuidar de su salud; estas prácticas son ‘destrezas’
aprendidas a través de toda la vida, de uso continuo, que se emplean por libre
decisión, con el propósito de fortalecer o restablecer la salud y prevenir la enfermedad;
ellas responden a la capacidad de supervivencia y a las prácticas habituales de
la cultura a la que se pertenece.
Qué puedes comer?
-
Las 3 principales comidas deben ser lo más
saludable posible, incluyendo en cada una fruta y verdura y respetando un horario.
-
Elige tus raciones de cereal, pan, arroz o pasta
en las versiones integrales y sin grasa.
-
Reduce las grasas evitando alimentos como:
embutidos, ciertos cortes de carne (costilla, lomo, espaldilla, pecho, molida,
cerdo, ganso, pato), quesos, frituras y postres.
-
Varía las comidas, no comas siempre las mismas
frutas o verduras o el mismo tipo de carne.
-
Evite todo lo industrializado y procesado ya que tienen sales, grasas y
conservadores
-
Los alimentos dulces, chocolates, refrescos,
pizzas, hamburguesas, etc., no hay porqué omitirlos de la dieta, pero sí que es
recomendable tomarlos en pequeñas cantidades y que su consumo sea ocasional sin
dejar que se convierta en un hábito.
BIBLIOGRAFIA
-
La Gran Revolución de las Grasas, Sacha Barrio
Healey
-
La Nutrición Inteligente, Sacha Barrio Healey
LINKOGRAFIA
- Alimentación
y deporte. http:// www.consumer.es. Fecha de visita Agosto 2004.
- Actividad
física: Hoja Informativa. Organización Panamericana de la Salud, Enero 2002.